Si conoces el éxito pop punk de 1999 «My Own Worst Enemy» de Lit, entonces estás familiarizado con el fenómeno del autosabotaje. Si no lo estás, permíteme darte una lección de rock moderno y un excelente ejemplo de protagonista autosaboteado…

La primera estrofa dice:

«No me sorprende que sea mi peor enemigo / Porque de vez en cuando me doy una patada en el culo / La alarma de humo está sonando, y hay un cigarrillo aún encendido…»

El cantante ha convertido en un hábito el menospreciarse a sí mismo, siendo presa de hábitos poco saludables que destruyen su relación. Sigue con estos comportamientos a pesar de las señales de advertencia y los resultados negativos.

Cuando no conseguimos lo que queremos, es fácil echar la culpa a fuerzas externas – pero si miras atrás y reflexionas sobre tus propios comportamientos, puedes darte cuenta de que has jugado un papel en la caída de uno de tus planes. Incluso se podría decir que lo has saboteado!

Aquí tienes algunas formas en las que podrías estar autosaboteando (consciente o inconscientemente) el día a día, y lo que es más importante, cómo dejar de hacerlo.

Saltas del barco cuando una relación empieza a ser seria.

Hay un montón de formas en las que puedes intentar arruinar tu propia relación, pero normalmente hay una causa subyacente: no quieres salir herido. Justo antes de entrar en lo más profundo con tu pareja, puedes encontrarte buscando peleas o siendo muy quisquilloso con ellos. ¿Por qué? Tal vez porque en el fondo prefieres terminar la relación en ese momento que proceder a volverte más vulnerable y salir herido como en romances anteriores.

Cómo parar:

Recuerda: Aunque las relaciones pueden tener patrones similares, no hay dos exactamente iguales, y hay varios mitos por ahí sobre las relaciones que nos impiden experimentarlas directamente. No todas las relaciones se van a ir al garete!

Es crucial que te comuniques abierta y honestamente con tu pareja. Expresa tus sentimientos y temores. Si sientes que buscas peleas o alejas a tu pareja, estate dispuesto a dar un paso atrás y examinar la raíz de tus comportamientos en tus propios términos. Luego, depende de ti asumir la responsabilidad, pedir disculpas y explicar la raíz del problema.

Postras las tareas importantes.

Lo que parecía inofensivo e inevitable en el instituto no es tan inofensivo en la edad adulta, y probablemente tenga un significado más profundo ahora. Se trata de algo más que ser perezoso (aunque eso puede influir). Por lo general, estás evitando algo más, como el cambio o el fracaso. Si eres un perfeccionista, podrías estar procrastinando para evitar cometer errores, por ejemplo.

Cómo parar:

Mira bien tu psique. Qué es lo que realmente estás postergando o evitando? Piensa en algo más profundo que: «Uf, es que no me apetece hacer eso ahora mismo». Por ejemplo, si estás procrastinando la solicitud de un trabajo al salir de la universidad, tal vez en realidad estás tratando de evitar asumir la responsabilidad de tu independencia financiera.

Una vez que entiendas lo que te está frenando, puedes tratar de desafiar esas creencias negativas y temores. Da pequeños pasos para completar las tareas y visualiza un gran resultado final, pero permítete cometer errores en el camino. Cometer errores es natural, ¡y nadie es perfecto!

3. Intentas enmascarar tus emociones con un exceso de alcohol o drogas.

Confía en mí: sé que no es divertido sentir dolor o tristeza. Con el alcohol y las drogas disponibles por todas partes, a menudo recurrimos a ellos para disminuir los sentimientos desagradables o para evitarlos a toda costa. Adquirir el hábito de consumir sustancias que alteran la mente es peligroso y puede llevar a la adicción, lo que muchas personas consideran un autosabotaje en sí mismo.

Cómo dejarlo:

¡Los sentimientos no son el enemigo! Tener sentimientos es saludable, pero huir de ellos no lo es. Al alterar tu estado de ánimo para no pensar a propósito en tus problemas y en la carga emocional que te suponen, te estás preparando para un colapso. Al final, todos los sentimientos ocultos saldrán a la luz y se desbordarán.

En lugar de retener todo y evitar tus problemas, permítete experimentar las emociones, incluso las negativas. Encuentra Si sientes que tu hábito se ha convertido más en una adicción, busca la ayuda de un profesional de la salud mental.

Tienes el «Síndrome del Impostor»

Puede que no hayas oído hablar de esta frase, pero probablemente hayas sentido el fenómeno de una forma u otra. Un artículo de The Harvard Business Review lo define como «un conjunto de sentimientos de inadecuación que persisten a pesar del éxito evidente»

En términos sencillos, sentir que no eres lo suficientemente bueno o que no mereces el éxito en tu campo -y tienes miedo de que otras personas lo descubran y piensen lo mismo-. Puede que te sientas como un falso o que no mereces los elogios, todo ello mientras evitas el fracaso a toda costa.

Cómo parar:

Sé tu propio animador por un minuto. Coge un bolígrafo y un papel y anota tus logros, incluso los más pequeños. Lucha contra la voz negativa en tu cabeza para demostrarte a ti mismo que eres capaz de hacer un gran trabajo. Eres digno de tener éxito. Lleva tiempo romper los patrones de pensamiento negativos, pero con persistencia, ¡puedes salir de ellos!

Ahora, después de leer esto, puede que te des cuenta de que te has estado autosaboteando un poco más de lo que pensabas. Aunque el autosabotaje es definitivamente un comportamiento poco saludable, puedes descansar: es muy común y muy normal. Lo mejor de todo: ¡el comportamiento puede detenerse!

Desafía tu forma de pensar y tus comportamientos mientras recuerdas ser amable contigo mismo. En lugar de ser tu peor enemigo, ¿por qué no ser tu mejor amigo?

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