A nadie le gusta estar cerca de un controlador. Una persona a la que le gusta tener el control todo el tiempo puede ser tóxica y manipuladora. Las personas que rodean a un tipo así se sentirían asfixiadas a veces, por lo que prefieren la distancia.
Si tienes la tendencia a ser controlador en tu relación, entonces es hora de considerar un cambio. Si continúa de esta manera, su pareja o cónyuge podría cansarse y decidir dejar de lado a usted.
Otra razón por la que debe considerar el cambio es que ser un fanático del control podría tener un serio problema subyacente. Admitir este problema y desear un cambio puede ayudarte a mayor escala.
Ahora, centrémonos en salvar tu relación. Echa un vistazo a estas formas útiles que pueden hacer que dejes de ser tan controlador en tu relación.
1. Pregúntate qué es lo que te hace ser un fanático del control.
Para corregir tu comportamiento problemático, lo primero que tienes que hacer es averiguar la raíz del mismo. Qué te hizo ser así? ¿Una experiencia traumática? ¿Ansiedad? ¿Depresión? ¿Un problema de confianza? Una vez que lo descubras, sabrás por dónde empezar.
2. Saber que puede hacer que tu pareja se rebele contra ti.
Entiende que tu comportamiento controlador puede provocar un comportamiento negativo en tu pareja también. Puede hacer que se rebele contra usted. Es decir, puede verse tentado a hacer exactamente lo que a usted no le gusta por rabia.
3. Recuérdese a sí mismo que no es su esclavo.
Su pareja o cónyuge no es su esclavo ni alguien inferior a usted. Es tu igual, lo que significa que no puedes obligarle a hacer algo en contra de su voluntad. No eres dueño de la persona, recuérdalo.
4. Aprende a confiar en las decisiones de tu pareja.
Uno de los problemas de las personas controladoras es que no confían en las capacidades de los demás. Evita pensar que tu pareja o cónyuge no es capaz de tomar buenas decisiones. Si no crees en la persona, entonces ¿por qué elegiste estar con ella en primer lugar?
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5. Ponte en su lugar.
Trata de imaginar que eres tu pareja. Qué crees que sentirías si te toca estar con un dictador? ¿Cuánto tiempo podrías estar con alguien que te roba la libertad de ser tú mismo y te obliga a comportarte según sus normas?
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6. Acepta que no todo puede salir como tú quieres.
Por mucho que quieras tener el control de todo, nunca lo tendrás. Sí, puedes ser capaz de manipular algunas cosas para que salgan a tu manera, pero no siempre funcionará. Hay circunstancias que escapan a tu control, y entre ellas están las emociones y la forma de pensar de tu pareja.
7. Respeta las diferencias.
No esperes que tu pareja o cónyuge sea como tú en todos los sentidos. Vosotros venís de orígenes diferentes y tenéis personalidades distintas. Si quieres una relación pacífica, entonces aprende a respetar las diferencias del otro.
8. Da privacidad y espacio.
La transparencia es importante en una relación. Sin embargo, es una cosa diferente cuando exiges informes de todo lo que hace tu galán las 24 horas del día. No tienes nada que hacer para saber lo que come en la comida, lo que se pone para salir o con quién se cruza.
9. Deja de utilizar las amenazas para conseguir lo que quieres.
No es sano utilizar las amenazas sólo para que tu pareja ceda a tus exigencias. Puede que consigas que haga lo que quieres por la fuerza, pero podría tensar vuestra relación. Pronto, su pareja o cónyuge podría cansarse de hacer cosas que no le gustan.
10. Sé más paciente y comprensivo.
Que tú seas bueno en algo no significa que todo el mundo lo sea. Una tarea podría ser sencilla para ti pero podría ser difícil para tu pareja. Si este es el caso, evita ser malo con la persona. No le presiones para que perfeccione algo que le cuesta hacer.
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11. Evita ser paranoico.
Algunas personas son excesivamente posesivas porque son paranoicas o ansiosas. Si crees que todo debe estar bajo tu control, por favor, afloja. Recuérdate a ti mismo que no es tu responsabilidad cargar con los pesos del mundo. No puedes salvar a todo el mundo de las decisiones equivocadas ni evitar que ocurran todas las cosas malas.
12. Deja de ser perfeccionista.
Nadie es perfecto, así que deja de presionar a tu pareja para que cumpla con todos tus altos estándares. Una relación sana tiene espacio para el crecimiento individual. Es decir, no esperes que tu pareja o cónyuge nunca te decepcione. Por el contrario, cuando esto ocurra, asegúrele su amor incondicional.
13. Encuentra la mitad del camino con tu pareja.
En lugar de querer que todo en tu relación salga como tú quieres, aprende a comprometerte. Tanto tú como tu pareja deben tener voz y voto en la relación. No puedes tomar decisiones sin la aportación de tu galán. Esto implica ajustes por ambas partes.
14. Lucha contra las inseguridades.
Ser una fanática del control es un signo de tener inseguridades. Intentas ocultar tus debilidades imponiendo tu dominio. Inconscientemente, quieres parecer duro y temible para evitar que alguien intente abusar de ti o hacerte daño.
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15. No recurras a la manipulación.
Las manipulaciones incluyen inculpar a alguien, usar sobornos o preparar situaciones para conseguir exactamente lo que quieres. El siguiente nivel de ser controlador es ser manipulador. Este es un comportamiento seriamente tóxico, y sería poco saludable y peligroso para cualquier persona que se mantenga cerca de ti.
16. Cuida la salud emocional y mental.
Como se ha mencionado anteriormente, ser un fanático del control puede ser un signo de un problema mental o emocional subyacente. Puede ser depresión, estrés, ansiedad, baja autoestima o problemas de confianza. Ayúdate a ti mismo cuidando tu salud psicológica. Algunas de ellas son dormir lo suficiente, hacer ejercicio y desconectar regularmente.
17. Busca ayuda.
Si sabes que estás sufriendo emocional o mentalmente y se te está yendo de las manos, busca ayuda. Consultar a un psiquiatra o someterse a sesiones de asesoramiento no es algo de lo que deba avergonzarse. Además, asegúrate de abrirte sobre esto con tu pareja, familia y amigos de confianza.
Es hora de aflojar el agarre
Está bien no tener el control todo el tiempo. No pasa nada si las cosas no salen como esperas. Está bien tener una pareja diferente a tu persona ideal.
Una vez que aprendas a dejar que las cosas fluyan de forma natural, podrás disfrutar de la vida de una forma más relajada y tranquila. Prepárate para las sorpresas, déjate querer genuinamente y aprende a amar incondicionalmente.
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